David Chacón Rodríguez
El profesor David Chacón Rodríguez asegura que los 63 tomos
de documentos atesorados por el Precursor “constituyen la mejor enciclopedia de
su tiempo”
A pesar del gran papel que jugó Francisco de Miranda en la
historia venezolana, su figura estuvo marcada por imprecisiones y poca
información sobre su vida y sus acciones hasta que el país logró rescatar sus
archivos. Esto lo afirma sin asomo de dudas el investigador David Chacón
Rodríguez, consejero General de la Fundación Hermano Nectario María.
“Desde que su Archivo fue encontrado, Miranda dejó de ser un
gran desconocido, y a medida que se contempla más de cerca, su figura crece,
proyectando su talla y cualidades auténticas de Precursor, digno de nuestros
Libertadores”, declaró Chacón al Correo del Orinoco.
“A partir de este hallazgo empezamos a saber realmente quién
es Miranda y se pueden hacer las rectificaciones históricas que reclaman la
verdad y la gloria de uno de los más ilustres venezolanos”, agregó.
Señaló que esto “le facilita al estudioso de nuestra
historia, la materia prima para que cada quien saque de ellos sus propias
conclusiones y recomendaciones”. Además, aseveró, este acervo “constituyen la
mejor enciclopedia de su tiempo”.
Entre otros datos personales relacionados con Miranda,
apuntó, “se pudo identificar la verdadera fecha de nacimiento del General
Miranda, diferenciando la homonimia con su hermano Francisco Antonio Gabriel y
las inexplicables e imprecisas referencias dadas por el propio Miranda al
respecto”.
El 16 de noviembre de 1926, contó Chacón, “Venezuela se
posesionó del Archivo y Papeles del generalísimo Francisco de Miranda, una
vasta recopilación de impresos y manuscritos que relatan su accidentada vida
llena de aventuras y testimonian la avasallante personalidad del Generalísimo”.
La recuperación del archivo fue posible después de que el
historiador Caracciolo Parra Pérez logró ubicarlos en Londres. El siguiente
paso fue su adquisición por parte del Gobierno Nacional, presidido por Juan
Vicente Gómez, que le pagó tres mil libras esterlinas a Lord Bathurst.
El profesor Chacón manifestó que Parra Pérez, “como fiel
devoto del Generalísimo Francisco de Miranda, en su afán de desmentir las
infundadas calumnias que sobre él existían, decidió buscar sus archivos en los
diferentes repositorios europeos, comenzando por el Public Record Office
(PRO)”, en castellano: Oficina del Registro Público del Reino Unido).
“En ese momento por su mente se cruzaban muchas
interrogantes: En qué lugar se encontraban los papeles de Miranda?, en manos de
quién, en qué estado estarán?”, comentó Chacón Rodríguez, quien señalo que en
la PRO Parra Pérez entró en contacto con su director, Alfred Edward Stamp.
“Stamp le informó que había visto el archivo de Miranda en
1902, y que eran en total 63 tomos, constituidos por diarios, cartas, escritos
satíricos, recortes de diarios y memorias íntimas que se encontraban en el
castillo del tercer Conde de Bathurst, antiguo Secretario de Guerra y de
Colonias, ubicado en Cirencester en Glouctestershire, (Inglaterra)”, añadió.
Así regresaron al país una serie de documentos que, en
palabras del historiador, “dan constancia de la trascendencia universal del
hombre que fue el Precursor indiscutible de la Independencia continental, quien
con su apostolado generoso predicó, con la espada y la palabra, los más nobles
ideales de la libertad”.
“Con su publicación se enriquece la historiografía histórica
de Venezuela y el mundo”, destacó.
EL ARCHIVO Y SUS TESOROS
Contó el profesor Chacón que desde su salida de Caracas
rumbo a España, en 1771, con apenas 21 años, “Miranda comienza a escribir sus
experiencias en un diario íntimo, que bautiza con el nombre griego de
Colombeia, para significar todo lo referente a Colombia, el continente de Colón”.
Este diario reiteró, “se convirtió en realidad en una vasta
recopilación de impresos y manuscritos que relatan su accidentada vida llena de
aventuras”. Es decir, se transformó en un archivo.
“El Generalísimo agrupó sus papeles en tres secciones:
Viajes, 26 tomos (1764-1793); Revolución Francesa, 18 tomos (1792-1808); y
Negociaciones, 19 tomos (1770-1810). El Índice del Archivo tiene 110 páginas.
Incluyéndolo son en total 18.112 folios. En ellos expone con rasgos de recio
escritor, todas sus ideas e impresiones personales, así como las más diversas y
detalladas relaciones de los países que visitó”.
HOMBRE DE MUCHOS NOMBRES
“Miranda testimonia que en cada lugar donde estuvo, se vio
obligado a eludir con nombres falsos a los espías de la monarquía española que
no dejaban de espiarle”, subrayó Chacón Rodríguez, quien hizo una lista de esos
seudónimos:
“En Roma se llamó Martín de Maryland; en Hamburgo, Señor de
Merán; en Holanda, Merov; en Suiza, Señor de Meirat; en Rusia, Mirandow; en
Francia, Monsieur de Meroud; en París, Gabriel Eduardo Lerroux D’Helander; en
Jaqmel (Haití), Inglaterra y los Estados Unidos, Junius y Mister Martín; en
cartas de arte y política: Eleuteriatikós (Libertario). En sus andanzas
periodísticas: Don Pacho, un Americano, un Peruano. Y en Cádiz, cuando
preparaba su fuga en los últimos días: José Amindra”.
También es larga la relación de los países donde estuvo:
Alemania, Hannover y las ciudades renanas, Prusia y el imperio germánico,
Austria, Bélgica, Crimea, Dinamarca, Ducado de Scheleswig-Holstein, Estados
Unidos, Francia, Grecia.
Estuvo también en Hungría, Holanda, Inglaterra, Italia,
Noruega, Polonia, Rusia, Suecia, Suiza y Turquía,
CÓMO SE PERDIERON LOS PAPELES
A consecuencia de la detención de Miranda en La Guaira,
“luego de la llamada Capitulación de San Mateo -que por cierto, nunca firmó, y
fue rubricada por el Consejo de Estado- el Generalísimo fue trasladado como reo
de Estado a las cárceles de La Guaira, Puerto Cabello y Puerto Rico”.
“Desde ese momento se desconoce el paradero de su excelente
archivo, que formaba parte de su equipaje en el barco inglés Shapphire”,
apuntó. Y señaló que que este hecho quedó confirmado porque entre los papeles
hallados en el mencionado Archivo: “Se encontró una carta fechada el 26 de
agosto de 1812, donde se narra que sus baúles y documentos se encontraban a
bordo de la goleta de S.M. Sapphire, al mando del Capitán Haynes”.
En esa carta, Mirabda solicitaba que para que se respetaran
como efectos ingleses se pusieron a nombre de los Señores Robertson & Belt,
negociantes residenciados en Scharlo. “Lamentablemente, como llegaron
clandestinamente a Curazao, fueron decomisados y depositados en la Casa de la
Aduana”, acotó.
El Profesor Chacón hizo referencia de otra correspondencia
fechada en Downing Street, el 27 de enero de 1814, en la que Nicolás Vansitart,
Secretario de Estado, temiendo tergiversaciones y malos entendidos, solicita al
Capitán J. Hodgson la devolución de sus cartas con el General Miranda, a quien
conoció en 1801 y cita un párrafo de esta misiva donde el remitente describe a
Miranda:
“Es un hombre ampliamente informado y de talento
considerable, cualidades que ha enderezado siempre hacia la realización de su
objetivo favorito, de tornarse el Washington de Suramérica. Ha viajado a través
de toda Europa, y sabe más de la política y el régimen militar de los
diferentes países que casi ningún otro conocido mío” .
PRIMERAS EDICIONES
“En virtud del excepcional valor histórico de esos
documentos, se recomendó la publicación inmediata de sus índices para dar a
conocer el contenido de estos 63 tomos y la edición completa de la obra,
respetando la catalogación que le dio el propio Miranda, manteniendo los
idiomas en que fueron escritos: Español, Inglés, Holandés, Alemán y Portugués,
con citas en griego y latín”, indicó el profesor Chacón Rodríguez.
La primera edición se hizo en 24 volúmenes, entre 1929 y
1950. Los Preámbulos fueron escritos por José Nucete Sardi y el índice
alfabético de nombres propios lo realizó Mariano Sánchez Roca, Gerente General de
la Editorial Lex de La Habana.
Al respecto, indicó que “como esta serie se publica con las
abreviaturas del idioma original, se pensó en hacer una nueva edición en orden
cronológico, ubicando al documento con una justa interpretación, totalmente
traducida al español con el nombre de Colombeia. Actualmente van publicados 20
tomos y desde el año 2007, sin ninguna razón, conocida está paralizada su
edición”.
MIRANDA
El profesor Chacón Rodríguez describe a Miranda como “un ser
infinito que resume los ideales del hombre ilustrado del siglo XVIII. Fue un
hombre de razón y sentido crítico, entendido en los más diversos tópicos del
saber humano, fiel exponente del siglo de las luces, del enciclopedismo y de la
Ilustración”.
“Vino al mundo en Caracas, capital de la Capitanía General
de Venezuela, con el nombre de Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez Ravelo
y Espinosa, el sábado, 28 de marzo de 1750. Fue un hombre seguido por el
infortunio; “el estorbo lo asedió siempre, desde sus primeros años hasta los
últimos, inclusive más allá de su desaparición física”, expuso.
En palabras simbólicas, dijo que “esa cruel e insaciable
adversidad, le siguió siempre como su propia sombra. Ella se complació en
pisotear sus ilusiones apenas nacen o engullir sus méritos y éxitos”.
Afirmó el profesor que según las confesiones del propio
Miranda, “su existencia fue regulada por principios sabios de educación y moral
cristianas. Hablaba de fundamentos de honor, de lealtad pundonorosa, de auto
sacrificio heroico, de un derecho natural que es la razón y la justicia”.
Apuntó que el generalísimo menciona también “a Dios y a la
religión sagrada. La prueba palpable de lo arraigado de sus principios es que
cuando el Precursor pasa los últimos años en la prisión a la que fue llevado
por la falta de honor de Monteverde y la injusticia de algunos de sus
compatriotas: jamás arremetió contra ninguno de ellos”.
CON ANTEPARA
Chacón Rodríguez afirmó que la única parte de los papeles de
Miranda que se conocía antes del hallazgo de 1926 “es la obra que el Caraqueño
Universal realizó en 1810 con el guayaquileño José María Antepara, la cual
consiste en una selección de documentos hecha por él mismo Miranda de las mejores
piezas de su archivo”.
Agregó que fue publicada en Londres en 1810 por Antepara y
que, por estar “especialmente referida a la gesta mirandina de la independencia
de Venezuela, contenía el cenit de la actividad libertadora de Miranda”.
Asimismo, detalló que “la traducción al español y la primera
edición de esta importante obra originalmente escrita en inglés y francés, fue
realizada por la Fundación Hermano Nectario María”.
En esta obra se dieron a conocer “por primera vez una serie
de documentos inéditos que ilustran las diferentes facetas de su titánica
actividad propagandística”, afirmó.
El profesor Chacón resaltó que en esta colección de
documentos “se resume todo lo que Miranda había aprendido, visto y oído sobre
la emancipación hispanoamericana, comprobando con documentos verídicos su fama,
su valía y sus ideales”.
“Esta obra estaba destinada a sensibilizar e influir en la
opinión pública europea y crear el ambiente propicio que permitiera justificar
la necesidad de la independencia, demostrando de esa manera, su palpable
influencia en el movimiento Libertador”, subrayó el historiador.
RESGUARDADO POR LA NACIÓN
El historiador recordó que los archivos y papeles mirandinos
fueron puestos a resguardo de la Academia Nacional de la Historia, y que en 2013
“estos importantes documentos fueron trasladados al Archivo General de la
Nación (AGN), por el Presidente Hugo Chávez junto con el archivo del Libertador
Simón Bolívar”.
“El Decreto correspondiente señala que finalidad de esta
acción gubernamental es devolver al pueblo venezolano el testimonio de la
acción y el pensamiento de sus dos más grandes revolucionarios”.
“El 13 de abril del 2010, el Presidente de la República,
Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, dictó, el decreto 7.375 mediante el cual
se ordena la transferencia de los archivos del precursor Francisco de Miranda y
del Libertador Simón Bolívar, de la Academia Nacional de la Historia (ANH) al
Archivo General de la Nación (AGN) que lleva su nombre”, detalló.
Señaló que esa decisión “se fundamentó en la Ley de Archivos
Nacionales de 1945, aún vigente, la cual sostenía que el Archivo General de la
Nación, es la institución en la que deben conservarse los documentos históricos
de Venezuela”.
Detalló que para llevar a cabo el contenido del decreto el
entonces ministro para la Cultura, Francisco Sesto, designó, el 21 de abril,
una comisión ministerial integrada por la Viceministra Carmen Bohórquez, el
Viceministro Pedro Enrique CaIzadilla y el Director del AGN Luis Felipe
Pellicer.
“Conjuntamente con un equipo técnico de la Academia,
integrado por profesionales del AGN, el Centro Nacional de Historia, la
Biblioteca Nacional y el Instituto de Patrimonio Cultural realizaron el
traslado de los Archivos de Simón Bolívar y Francisco de Miranda, el domingo 6
de junio, siguiendo las recomendaciones del personal de protección y custodia
del Banco Central de Venezuela”, explicó .
¿QUÉ FALTA POR HACER?
El investigador David Chacón Rodríguez, consejero General de
la Fundación Hermano Nectario María, sostuvo que desde 2007 no se continuó co n
la publicaión de los archivos de Miaranda. Por eso, llamó “a terminar la
edición completa de los tomos de la Colombeia, reeditando los tomos agotados, e
incluso realizar una edición masiva en Cd interactivo”.
Observó que “lamentablemente, sin saber el criterio
adoptado, hay documentos recogidos por el propio Miranda que no han sido
tomados en cuenta, en ninguna de las dos ediciones, olvidándose que su archivo
es la mejor enciclopedia de su tiempo”.
“Igualmente valdría la pena hacer un catálogo comentado de
los libros de su biblioteca”, concluyó.
T/Mercedes Aguilar
F/Archivo CO y cortesía CNH
http://www.correodelorinoco.gob.ve/tema-dia/miranda-dejo-ser-un-desconocido-gracias-a-recuperacion-su-archivo/
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